El baile y el teatro


El jazz es la culminación de una serie de estilos musicales surgidos entre la población africana de los Estados Unidos de América, que triunfaron y se expandieron por todo el mundo al servicio del baile y el espectáculo. Ritmos y pasos como el ragtime, el cakewalk o el foxtrot triunfaron sucesivamente en Londres o París y entraron en España sobre todo a través de San Sebastián, donde veraneaban el rey y la corte. Acogidos en primera instancia por las clases pudientes, en busca de novedades para sus bailes de salón, se difundieron con gran rapidez y fueron adueñándose de la música popular urbana a lo largo de las primeras décadas del siglo XX.

Pese a las polémicas que calificaban a estas danzas de dislocadas o procaces —o tal vez debido a ellas—, la zarzuela y la revista, acostumbradas a asimilar cualquier variación del panorama musical, se apresuraron a incorporarlas y los compositores españoles se familiarizaron con sus giros. Ya en los años veinte, el charlestón daría nuevos aires cosmopolitas al teatro musical antes de su definitiva decadencia.