Constelaciones poéticas y artísticas

Tras las admoniciones de Menéndez y Pelayo, y después de una callada labor de los eruditos (franceses, mexicanos, españoles) de finales del siglo XIX y primeras décadas del XX, la llamada Generación del 27, por razones que aún hoy están en tela de juicio, comienza a rescatar a Góngora. Los actos conmemorativos del tercer centenario de su muerte (1927) no solo dan título a un grupo literario, sino que suponen un acicate para la publicación de numerosos estudios (Diego, Guillén, Alonso, Lorca, Cernuda), homenajes artísticos (Falla, Picasso, Gris, Prieto) y poéticos (Alberti, Lorca, Diego, Hernández), que constituyen la más importante recepción crítica y creativa de don Luis en el siglo XX.

Más allá de los hechos coyunturales asociados al encuentro de los autores del 27 en el Ateneo de Sevilla, muchos poetas eligieron a Góngora como referencia desde entonces, hasta tal punto que sería muy difícil reconstruir las múltiples corrientes de la lírica española del último siglo sin contar con la vertiente gongorina. Su poesía ha sido, en diverso grado (desde la adhesión superficial hasta la asunción profunda de sus postulados), bandera y modelo para simbolistas, modernistas, puristas, herméticos, culturalistas y hasta silenciosos. Entre los poetas vivos que han sido cautivados por Góngora podemos citar a García Baena, Gimferrer, Clementson o Caballero Bonald.