La obra de Góngora es excepcional por muchos motivos, uno de ellos, su repercusión universal, su inmortalidad y fortuna a través de los siglos. Si el XVI, el XVII, e incluso el XVIII en América, fueron los siglos de imitación furibunda, también lo fue, aunque de manera distinta, el siglo XX. La época de un poeta no es solo la de su decurso vital, sino la de sus lectores. En el último siglo, tras un creciente proceso de atención a finales del siglo XIX, especialmente en Francia, la llamada Generación del 27 recupera la figura del poeta cordobés; los conceptos de su poesía impregnan el arte; su poética es reivindicada por la creatividad y el pensamiento latinoamericanos; y la filología termina situándose a la altura de su magnitud estética.