El caudal de la mitología es inmenso en la poesía de don Luis y no se limita a sus tres grandes poemas. Góngora vendimia los mitos clásicos, a los que hace numerosas alusiones en romances, sonetos y todo tipo de molde estrófico: Ganimedes, Eco y Narciso, los amores de Venus, Faetón, etc. A la historia de Hero y Leandro, de la que se exhibe aquí un lienzo del siglo XIX, le dedica dos romances, «Arrojose el mancebito» y «Aunque entiendo poco griego», aunque ya se había burlado de ella en su famosa letrilla de 1581 («Ándeme yo caliente / y ríase la gente»).
Uno de los más hermosos romances de Góngora es el que comienza con el verso «En un pastoral albergue», más conocido como Romance de Angélica y Medoro, en el cual se cuenta la historia fabulosa de estos dos amantes tal y como fue difundida por la poesía épica en sus diversas manifestaciones, desde la obra de Boiardo, Orlando innamorato, hasta la del poeta coterráneo de Góngora, Luis Barahona de Soto, Lágrimas de Angélica, pasando, claro está, por la gran epopeya de Ariosto, Orlando furioso.