Góngora atacado, defendido y comentado: manuscritos e impresos de la polémica gongorina y comentarios a su obra

 

Melchora Romanos

Una de las más significativas características de la repercusión de la obra de don Luis de Góngora la constituye, sin duda alguna, la programática convicción con la que se propuso poner en marcha la difusión de las Soledades, posiblemente en la primavera de 1613, consciente de que sus innovaciones podrían despertar reacciones no siempre favorables. La particular preocupación con que acometió esta empresa lo llevó a solicitar la opinión de ilustres humanistas, como es el caso de don Pedro de Valencia y, de este modo, el juego de las exégesis comienza a fraguarse con celeridad, pues de las cartas y «pareceres» con observaciones muy precisas sobre las audacias más destacadas, se pasó luego a los comentarios elaborados con mayor rigor argumentativo, en los que detractores y defensores se prodigaron para instaurarse en el espacio del debate y a la sombra del prestigioso creador.