Hay voces femeninas de las que nos ha llegado muy poco eco y sin embargo tuvieron su peso en el horizonte literario, así la de la escritora Isabel Rebeca Correa, sefardí afincada en Amsterdam, de la que se han perdido todos sus poemas, excepto una composición de circunstancias, y queda sólo su traducción –muy conocida en sus días– de Il pastor Fido, de Guarini.