Con la conquista de Nápoles por Alfonso el Magnánimo (1442-1458), se comienza a confeccionar un tipo de encuadernaciones características. Realizadas por encuadernadores catalanes traídos a la corte para este monarca bibliófilo y mecenas de las artes, destacan las estructuras decorativas de bandas rectangulares y motivo central. Una innovación de gran trascendencia para la historia de la encuadernación fue el uso de oro en la estampación de los hierros.