El mudéjar es un fenómeno característico y exclusivo de los reinos hispánicos de la Edad Media y supone la continuidad de la estética árabe en las manifestaciones artísticas de los reinos cristianos. Lejos de representar una simple mezcla de elementos decorativos musulmanes con arquitecturas occidentales, hunde sus raíces en el arte clásico, recoge la herencia cultural mediterránea y logra la integración de la estética islámica con los estilos cristianos –el románico, el gótico y el renacentista– en un proceso de reinvención que da como resultado un estilo artístico propio.
El término mudéjar procede del árabe “mudayyan” que significa “aquél a quien es permitido quedarse” y se aplicó a los musulmanes que vivían en los territorios conquistados por los cristianos. Sin embargo, no puede decirse que sea responsabilidad única de un grupo étnico, sino que fue posible gracias al concurso de artesanos de las tres religiones del Libro: judíos, cristianos y musulmanes.