Uno de los aspectos más interesantes de la Edad Media en la Península Ibérica fue, sin duda, la coexistencia de las tres culturas del Libro. Entre 711 y 1609, judios, musulmanes y cristianos compartieron un espacio común en el que la convivencia generó múltiples conflictos, pero también elementos culturales únicos, siendo el más conocido el arte mudéjar.
Los artesanos mudéjares encontraron en las cubiertas de los libros un soporte ideal para desplegar todo su repertorio de geometrías, complejas lacerías y claroscuros. Además supieron adaptarse a las nuevas exigencias del libro impreso, sustituyendo materiales y mejorando las técnicas, facilitando así la transición de la encuadernación medieval a las técnicas modernas.
La Biblioteca Nacional de España atesora un fondo excepcional de encuadernaciones mudéjares, no sólo por su cantidad y calidad, sino también por la diversidad de procedencias y temática, lo que hace posible mostrar reunido, por primera vez un conjunto único, reflejo de la España de las tres religiones.