Heredera de varias culturas, la cocina va a indicar la clase social a que se pertenece. El alimento distingue, de manera que por lo que come se conoce al caballero o al villano, al que se detecta, además, por el olor. Del mismo modo hay una caracterización religiosa y la influencia de la cocina judía y especialmente de la árabe es patente en los recetarios y en el léxico conservado hasta nuestros días.
Junto a los fastuosos banquetes, la literatura y el arte reflejan el hambre en una España de contrastes. La gordura significa el bienestar, mientras que la delgadez se asocia a la imagen de la muerte y la pobreza.
El siglo XVIII, con la llegada de la dinastía Borbón, marca el inicio de la racionalidad en la organización de la comida y el refinamiento.