Las vidas de los libros son también las de sus lectores y poseedores, reflejan las mismas cicatrices, tienen las mismas heridas. Esta sección reúne varios fragmentos de rollos y códices bíblicos que han sobrevivido al haber sido incluidos en legajos de procesos inquisitoriales, o haberse utilizado como material de relleno en guardas de libros.
Excepcionalmente, alguna biblia, de todas cuantas fueron copiadas en Sefarad, no salió nunca de España, y forma hoy parte de una de sus colecciones. En su inmensa mayoría, sin embargo, las biblias dejaron la Península con sus propietarios antes de 1498, fecha de expulsión de los judíos de Navarra, sufrieron el exilio, vivieron vidas distintas y, en un viaje de ida y vuelta, regresaron en algún momento a España. Allí entraron a formar parte de los fondos de instituciones religiosas y públicas, y allí compartieron de nuevo el destino de sus más recientes poseedores, llegando en algún caso a ser utilizadas como parte del parapeto en las trincheras durante la Guerra Civil.