A lo largo del siglo XX, el campo alcanzará consagración simbólica en la literatura y en el arte como arquetipo de nacionalidad. La puesta en valor de las artes populares como expresión americana cobrará vigencia también a partir de dicha centuria. La recuperación de lenguajes del periodo prehispánico y su reinterpretación en clave contemporánea, será componente esencial en el establecimiento de un “arte nuevo” con raíces históricas.