Liberalismo y nación en el siglo XIX

Concluidos los procesos de independencia y fracasados los planes continentales de San Martín y Bolívar, los discursos y prácticas nacionales se abrieron paso en medio de las luchas por el poder. Con la excepción de Brasil, el sistema político republicano se debatió entre el centralismo (preferido por los conservadores) y el federalismo (elegido por los liberales). Los principios liberales, codificados en las constituciones, defendían que todos los ciudadanos, considerados a partir de entonces iguales ante la ley, debían disfrutar de los mismos derechos y obligaciones a fin de acabar con los privilegios, las desigualdades, los poderes absolutos y las relaciones de vasallaje. Avanzado el siglo XIX se fue extendiendo y arraigando el positivismo. El orden y progreso a menudo llegó de la mano de gobiernos autoritarios.