Orígenes del discurso americanista

Hoy en día damos por sentado que la gente habita en naciones, como lo son España, México y Ecuador. Sin embargo, el Estado-nación es un fenómeno relativamente reciente. En 1640, por ejemplo, Baltasar Gracián señalaba que: «En la Monarquía de España […] las provincias son muchas, las naciones diferentes, las lenguas varias, las inclinaciones opuestas, [y] los climas encontrados...». Una de esas «provincias», la península ibérica, abarcaba varias «nacionalidades»: castellanos, vascos, catalanes, etcétera. Otra, el hemisferio occidental, también albergaba varias nacionalidades, entre ellas mayas, mexicas, incas, etcétera. Tras la conquista y colonización del Nuevo Mundo, los habitantes de las provincias europeas llamaron a los del otro continente «indios» e «indianos», mientras que estos últimos llamaron a los primeros «españoles» y «europeos». Así, los habitantes de cada zona impusieron sobre los otros apelativos que no utilizaban en sus propias tierras.

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