Federico Chueca Robles nació en la plaza de la Villa de Madrid, ciudad en la que inició sus estudios musicales a los nueve años en el Real Conservatorio, donde fue un destacadísimo alumno. Comenzó a estudiar medicina pero abandonó esta carrera para dedicarse por completo a la música. Durante la década de los sesenta, organizaba conciertos gratuitos al aire libre a orillas del río Manzanares. Actuando como pianista en un café, le contrataron como director de orquesta del Teatro de Variedades; a partir de ese momento, se le encomendó la dirección de orquesta de varios teatros madrileños. Chueca poseía una personalidad polifacética; fue un buen aficionado a la fotografía, y también a los toros y a su práctica.
Muchos autores consideran a este autor como el creador de una música popular netamente castiza, en la que refleja los tipos más característicos del siglo XIX. De su música para piano, la mayoría son formas bailables, piezas de salón, pero es, en cuanto a número, el género chico lo más destacado de su producción, con más de cien piezas dedicadas al teatro por horas. Las melodías de sus obras rápidamente de adaptaban a los organillos y a ser interpretadas por el gran público. Su obra La gran vía tuvo infinidad de representaciones y fue considerada por la crítica del momento como crucial para el género chico, además de convertir a Chueca en el compositor más popular del momento.
Murió en Madrid en 1908. Su entierro, en el cementerio de San Justo y San Pastor, se convirtió en una manifestación de duelo popular.
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